“La trata de personas, debe preocupar a cada
individuo, porque es la degradación de nuestra humanidad común. Debe preocupar
a cada comunidad porque desgarra el tejido social. Debe preocupar a cada
empresa porque distorsiona mercados. Debe preocupar a cada nación porque pone
en peligro la salud pública y alimenta la violencia y el crimen organizado.
Estoy hablando de la injusticia, de la brutalidad de la trata de personas, a la
que debe llamarse por su verdadero nombre: esclavitud moderna.”
Barack Obama
¿Existe
la esclavitud, en pleno siglo XXI? Por ilógico que suene, es una realidad y se
denomina Trata de Personas… pero ¿qué es la trata de personas y por qué se ha
vuelto un tema sumamente preocupante para los gobiernos? Esta pregunta, nos
lleva a hacer un análisis profundo, ante un reto que pareciera no tener un
origen específico y que día a día se convierte en una de las redes mercantiles
más grandes del mundo.
La
Trata de personas, en su definición, es un término muy amplio que abarca desde
la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de
personas, recurriendo a la amenaza o al abuso de fuerza u otras fuerzas de
coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o una situación de
vulnerabilidad, a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener
el consentimiento de una persona con autoridad sobre otra, con fines de
explotación. Esta última se refiere a prostitución, trabajos o servicios
forzados, la esclavitud o prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o
la extracción de órganos.
El
creciente número de casos de esta grave violación a los Derechos Humanos, ha
puesto a los países en foco rojo, haciéndolos tomar medidas para evitar así, el
crecimiento de éste.
En
el caso de nuestro país, ha ascendido a 800,000 el número de personas
traficadas anualmente por nuestras fronteras nacionales, a pesar de que existe
la Ley para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas. Esta, fue creada en el
2007 y reformada en el 2012, pero desafortunadamente solo hay 33 consignaciones
contra responsables de este delito, cuando cifras extraoficiales hablan de 20
mil casos en México, pasando a ser el segundo país con más ganancias con
respecto a la Trata de Personas, con rutas de tráfico bien definidas, con
autoridades que se corrompen permitiendo que las bandas de tratantes de
personas operen en la completa impunidad, dando una nula asistencia a las
víctimas de este delito.
Tal
es el lamentable caso ocurrido en el 2012 en las costas de Cancún, donde se
descubrió una gran red de prostitución en la cual participaban en su
organización las mismas autoridades de Quintana Roo. Después de una llamada
anónima, la CNDH se dedicó a investigar este suceso teniendo como resultado una
perfecta organización por parte de un grupo de delincuencia organizada y las
autoridades municipales de Cancún. El grupo delictivo se encargaba de la
recolección de mujeres, sobre todo extranjeras: colombianas, argentinas,
inglesas, etc., las cuales eran raptadas y llevadas contra su voluntad a las
costas de Cancún, en donde eran explotadas sexualmente y prostituidas con grandes
empresarios de la zona, los cuales pagaban cuantiosas sumas de dinero por el
servicio de estas mujeres, llegando a ofrecer hasta mil dólares por hora. El
trabajo ejercido por las autoridades municipales en esta red mercantil era el
permitir el acceso de las mujeres transportadas, así como prevenir la captura
de alguna de ellas y en caso de que alguna quedara arrestada, modificaban
papeles para poder dejarlas en libertad; a cambio, se les daba un buen
porcentaje de la ganancia de la explotación de dichas mujeres. Este caso fue
seguido por la CNDH, la cual, por razones aún no conocidas, no culminó con la
investigación y dejó impune estos despreciables actos.
La
gran problemática nacional radica también en que cada estado de la República
tiene una legislación diferente respecto a la Trata de Personas, por lo cual,
controlar la situación y hacer prevalecer la justicia se hace más complicado
por no tener un seguimiento general a estos casos.
La
“Ruta de las Redes de Trata en México”, en las que ubica a 3 ciudades, como las
de mayor incidencia en el país, seis de las ciudades mencionadas, se encuentran
en la frontera norte: Tijuana, Mexicali, Nogales, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo y
Matamoros; dos en el Océano Pacífico: Puerto Vallarta y Acapulco; dos en el
centro: Distrito Federal y Tlaxcala; una en el Golfo de México: Veracruz; y dos
en el Sureste: Tapachula y Cancún, siendo estas dos últimas, las de mayores
casos registrados.
Tapachula,
es uno de los lugares con mayor registro de Centroamericanas laborando en
Burdeles, casas clandestinas y bares; según el último registro hecho el 2012,
aproximadamente 20 mil mujeres. Así como al menos 600 menores explotados por
redes internacionales dedicadas al comercio sexual. También existe la evidencia
de la explotación laboral de niños y niñas que trabajan como vendedores de
dulces, boleros, limpiadores de cristales de automóviles, cuidadores de coches,
mandaderos, cargadores, ayudantes, entre otros. Con respecto al último punto,
observamos una situación similar en la Ciudad de México, donde todos los días,
observamos a cientos de niños (en su mayoría, menores de 10 años) laborando en
el metro o en calles de la ciudad, siendo un panorama devastador para nuestro
país.
En
México, se han detectado cuatro tipos de modalidades de Trata de Personas:
Explotación Sexual y Comercio Infantil (ESCI), prostitución forzada,
explotación laboral y redes de mendicidad. La forma de mayor dimensión es la
mendicidad; éstas, explotan sobre todo a los indígenas para pedir dinero en
calles de la ciudad y la zona turística de Cancún. Pero la más compleja y que
mayores ganancias deja, es la primera mencionada: Explotación Sexual y Comercio
Infantil; dentro de la cual hay dos categorías no registradas: la juvenil
temprana en jóvenes homosexuales, y la infantil.
Así
mismo, existió una gran polémica cuando los autores de estos delitos, al
momento de declarar, utilizaban el argumento del “consentimiento” como
instrumento de defensa para liberarse del castigo. Por lo cual, la Comisión de
los Derechos Humanos de la Cámara de diputados eliminó este término de la Ley
para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas, evitando así, que los culpables
se libren de su sanción.
Pese
a muchas medidas, continuamos siendo líderes en esta problemática de magnitudes
mundiales, por lo cual el presidente de la CNDH, Raúl Plascencia Villanueva
denominó a nuestro país como “El paraíso de la Trata de Personas” el pasado 24
de septiembre en una conferencia de prensa.
Plascencia dijo que en las zonas de playa como
Acapulco, La Paz, Cancún y territorios fronterizos de México, es donde se ha
detectado una mayor actividad de esas redes de explotación, por ser el sitio
donde turistas nacionales y extranjeros busca esos servicios sexuales.
En
México, agregó, operan redes internacionales, y puso como ejemplo una que fue
desarticulada semanas atrás y que se dedicaba a la pedofilia. Esa red, añadió,
también tenía presencia en Norteamérica y Europa.
Retomando
la información anterior, existe un caso que en particular me parece detestable,
pues ha habido registros de que en zonas hoteleras, sobre todo en las costas,
se trafica con mujeres menores de 14 años para trabajar en los hoteles de
“masajistas”, pero esto es solo una cortina para lo que realmente se hace con
estas jóvenes, las cuales son explotadas sexualmente y obligadas a tener
relaciones sexuales con los clientes del hotel. Ante denuncias hechas hacia
estas cadenas hoteleras, éstas declaran que las jóvenes trabajan de
“masajistas” como anteriormente se mencionaba, evadiendo así, las sanciones que
merecen.
La
mayoría de los problemas de México son la corrupción y el desinterés del mismo
gobierno hacia intentar solucionar esta grave problemática. Un punto que marca
el desinterés es que el Estado no ha ratificado el Convenio Para el Trabajo de
los Menores, que multa a las personas que obliguen a los niños y jóvenes
menores de 16 años a trabajar. La pregunta es, ¿qué impide al gobierno,
ratificar este Convenio? ¿Será posible que el mismo gobierno encubra estos
actos delictivos?
El
problema no se solucionará de raíz, si no se elimina la corrupción de nuestro
gobierno, porque es una pieza clave en esta serie de violaciones a los Derechos
Humanos. Al igual, se tiene que trabajar más en cooperación, como “alinear” los
esfuerzos internacionales al Protocolo de Palermo para el combate de esta forma
de delincuencia organizada, tal como sucede con el caso del combate a las
drogas; y promulgar leyes específicas y especializadas para darle dimensión a
este tipo de delincuencia organizada, para lograr así, la desarticulación de
estos grupos.
Hagamos
conciencia y hablemos por los que no tienen voz…
“Sin
clientes no hay trata, el que paga por sexo, fomenta la explotación sexual”
Anónimo
Por: Zaira Ortiz
Relaciones Internacionales-UNAM Fes Aragón
1er. Semestre