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28 oct 2013

Pasión y sentir sobre el cerro de Chapultepec.

Quienes hemos alguna vez caminado por el Castillo y sus boscosos alrededores hemos sentido el aire nostálgico que nos evoca, inerte, como si preservase un trozo de tiempo estancado a nuestra presencia, sutilmente, tendiéndonos la mano hacia el dulce recuerdo de una tarde porfiriana, un alegre paseo en carruaje en el segundo imperio, o tal vez, hacia la imagen de dos caballeros batiéndose en duelo al amanecer.

También suele atraparnos de vez en cuando la sensación de hallarnos en medio de un campo de batalla, entre cañones, parque y milicia. O si viajamos más atrás en el tiempo, nos hallaremos en el prodigioso paisaje de un México prehispánico, el Chapultepec de los tlatoanis, con hermosos manantiales y exuberantes jardines.

Diría Don Juan Suárez de Peralta:

"Chapultepec, que es un bosque que está de México media legüechela, que entiendo, si en España su Majestad le tuviera, fuera de mucho regalo y contento, porque es un cerro muy grajoso, de mucha piedra y muy alto, redondo que parece que se hizo a mano, con mucho monte, y en medio de un llano, que fuera del cerro no hallarían una piedra ni árbol. Tiene dos fuentes lindísimas de agua, y están hechas sus albercas y hay en él mucha caza de venados, liebres, conejos y volatería la quisieren. Verdad es que a mano suelen echar muchos venados los virreyes, que tienen gran cuenta con él, y tienen si alcaide, que no es mala plaza. Es muy de ver; encima del cerro, en la punta de él estaba un cu donde Moctezuma subía y los señores de México, a sacrificar, ahora está una iglesia, que en ella se suele decir misa."[1]

No nos sorprende que los conquistadores del viejo continente hayan quedado admirados por el portento y el singular encanto perpetuo que durante siglos nos ha maravillado a todos por igual. Esa exótica y natural, además de indescriptible belleza ha cautivado al ojo del pobre y al del rico; es quizá la razón de ser un lugar popular tanto para el modus vivendi del mexicano del siglo XIX como para el ritmo de vida del mexicano contemporáneo.

Sangre, furia y gritos arengados. Entre la apuesta y la vivacidad de presenciar la fiesta brava, la ovación al gallardo torero que se viste de gloria en la arena. Un regocijo único que difícilmente es equiparable siguiendo el ritmo de un pasodoble; así es la arraigada tradición por excelencia que representa la tauromaquia en la Nueva España, que desde sus inicios fue recibida con toda cordialidad en estas tierras, llegando para quedarse.

Y qué mejor que vibrar con fuerza deleitando su sabor en un recinto como el que nos ofrece el cerro del chapulín. Este escenario, que albergó el palacio de Nezahualcóyotl alguna vez y más tarde el Real Alcázar de Chapultepec nos narra su emotiva historia.

"Vi salir, muy admirado, todos los equipajes y numerosas cargas de don Juan Francisco de Güemes y Horcasitas, conde de Revilla Gigedo. No fueron bastantes para conducirlos las doscientas mulas que se tenían preparadas. Me aseguran, y lo creo, que ninguno de los virreyes anteriores logró juntar como él, tan numerosas riquezas. Buena mina es el gobierno de este México cuando no hay esa cosa rara que se llama probidad.

Nos trasladamos al palacio de Chapultepec, que estaba ricamente colgado y alhajado. Entre la suntuosa variedad de los muebles, sobresalían dos notables escritorios embutidos de plata que llegaban hasta el mismo techo: se les tenía valorado en quince mil pesos cada uno. En ese palacio de Chapultepec estuvo recibiendo el Virrey, con la cariñosa afabilidad que lo distingue, a todas las autoridades y, entre ellas, al Santo Tribunal de la Inquisición, que fue a presentarle con humildad sus respetos. ¡Qué hoscos, qué graves son esos señores! En el bosque tuvimos lindas fiestas de toros; en una hubo un monte carnaval, y sobre él se arrojó el populacho con alegre griterío cuando el Marqués hizo con el pañuelo la señal respectiva, despojándolo en un santiamén de todo el enorme cúmulo de cosas que lo llenaron: buenas ropas de hombre y de mujer, sacos de dinero, gran cantidad de comestibles, animales como ternerillas, cerdos, pavos, corderos, gallinas, palomas y qué se yo cuántos más; en la siguiente corrida hubo cucaña, que nos dio mucho que reír, y el precioso y noble juego de la sortija, y en otra, unas carreras de moros y cristianos"[2]

Las corridas de toros se instauran en México con la llegada de los conquistadores en el siglo XVI como una atracción exclusiva para [españoles] peninsulares, excluyendo de ellas a criollos, mestizos e indios. Con el virrey Rodrigo Pacheco y Osorio en 1624, el palacio de Chapultepec sustituyó al pueblo de Guadalupe como sitio de recreación para los nuevos gobernantes antes de llegar a la capital. De allí parte el origen de esta alegoría festiva.

Más tarde, cerca de 1788, otro virrey, don Manuel Antonio Flores, revive la idea de brindarle a la capital novohispana una plaza de toros duradera y cuyos productos sirvieran para resarcir al erario público de los gastos de construcción del Castillo de Chapultepec, obra que quedó a cargo del ingeniero don Manuel Agustín Mascaró.

Su idea no se realiza como él la plantea en un inicio, mas se acuerda por comisión del segundo conde de Revillagigedo construir una plaza que sería más tarde edificada entre la Casa de la Acordada y Paseo de Bucareli.

La tauromaquia por su parte continúa siendo una actividad importante económicamente y no solo recreativa durante la época colonial, pues se sabe que sus funciones eran utilizadas para financiar obras públicas e incluso la Iglesia se valió de este recurso para construir algunos de sus edificios. Para el siglo XIX no se registra una sola noticia sobre la realización de fiestas taurinas en Chapultepec, aún cuando Maximiliano fuera un gran aficionado a este deporte.

¿Ahora podemos recrear en nuestra mente, imaginando que por donde de paseo andamos se vivían sendos espectáculos? Quizá. Podríamos transportarnos por un instante al tiempo en que en Chapultepec hubo una plaza de toros, donde el sentir novohispano se teñía de magnas fiestas, maravillando al espectador. Donde el regocijo y el entusiasmo corrían junto con los toros en la arena al imponente grito de: ¡olé!

*Recomendación: Coello, José Francisco, et. al., El Bosque de Chapultepec un taurino de abolengo, México, Conaculta-INAH, 2001.

Estefanía Arellano
Relaciones Internacionales FES Aragón - UNAM

[1] Suárez de Peralta, Juan, Tratado del descubrimiento de las Indias, facsimilar, México, Secretaría de Educación Pública, 1949, p. 54.
[2] Valle Arizpe, Artemio, Virreyes y virreinas de la Nueva España. Tradiciones, leyendas  y sucedidos del México virreinal, México, Aguilar, 1976, pp. 229-230.

19 oct 2013

Convocatoria para selección de Ensayos y Trabajos de Investigación

El proyecto de Bitácora Internacional convoca a todos los estudiantes de las Licenciaturas en Relaciones Internacionales, Derecho, Comunicación y Periodismo, Economía y Sociología de la Facultad de Estudios Superiores Aragón, a participar en el concurso de selección de Trabajos de Investigación y Ensayos para  la Edición Número Uno de la Revista Bitácora Internacional correspondiente al bimestre Noviembre-Diciembre y cuyo eje temático a abordar sera: Conflictos Armados en África y Oriente Próximo









17 oct 2013

Democracia: Procesos democratizadores en México

Este numero cuenta con 6 Ensayos elaborados por alumnos de la Carrera de Relaciones Internacionales de la Facultad y abordan ampliamente el tema del Proceso Democratizador en México. 

CONTENIDO
Carta Editorial. –Ricardo Orozco

Transición democrática en México: La evolución del pluralismo político y la consolidación del sistema electoral actual en México desde el periodo post-revolucionario. –Andrea Navarro


El proceso democratizador en México: Bifurcación del poder político, del superpresidencialismo post-revolucionario a un semipresidencialismo incipiente. –Ricardo Orozco

Engendrando Democracia: Una visión de la importancia de los Derechos Humanos dentro de un régimen democrático –Montserrat Granados


El Quehacer Político. –Carlos López

Democracia, Representatividad y Valor Cívico. –Enrique Cisneros

Despertemos México. –Montserrat Meneses





6 oct 2013

Convocatoria para selección de Comités 2014-I y 2014-II

 
El proyecto Bitácora Internacional en su primera edición, Convoca a todos los estudiantes de la Licenciatura de Relaciones Internacionales a participar en el concurso de selección para conformar los cinco comités que componen el proyecto para los periodos 2014-I y 2014-II







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